•  Entre el 2020 y 2023 la inversión que se realizará en la zona rural ascenderá a $280 mil millones.



La Gobernación de Risaralda tiene contemplado en su Plan de Desarrollo una intervención rural transversal, donde se pretende que, a través de inversiones intersectoriales, se mejoren las condiciones de vida de 198.622 personas que viven en el campo, así como la rentabilidad de sus negocios, el acceso a educación superior, a salud de buena calidad y una moderna infraestructura para la competitividad.

El gobernador de Risaralda, Victor Manuel Tamayo Vargas, expresó que la inversión que se realizará en la zona rural entre 2020 y 2023 ascenderá a $280 mil millones, a través de la ejecución de 95 metas de producto, mediante 37 subprogramas del plan de desarrollo “Risaralda, Sentimiento de Todos”, con la participación de toda la institucionalidad pública departamental.
 
“La inversión en el campo no se puede mirar únicamente como un rubro presupuestal de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario. Es mucho más que eso, porque los habitantes del campo son ciudadanos con iguales derechos que los ciudadanos urbanos, y en esa misma medida son sujetos de la inversión pública en todos los programas y políticas que hemos diseñado en el Plan de Desarrollo”, afirmó el gobernador Tamayo Vargas.

La ejecución del Plan de Desarrollo contempla un gran porcentaje de inversiones que estarán enfocadas en el impulso mejores prácticas productivas, promoción de la asociatividad, apertura de opciones de comercialización directa y estímulo a la compra de los productos locales.

También, inversiones para brindarle a los campesinos acceso a la salud, a través de la habilitación de centros locales y la mejor dotación de los hospitales. Igualmente, garantizar el acceso y la permanencia en la educación a 24.923 estudiantes; un mejoramiento de la calidad de la innovación; y una intervención en la infraestructura de los 506 establecimientos que funcionan en el sector rural.

El Plan de Desarrollo Risaralda Sentimiento de Todos promueve la intervención vial, especialmente de aquellas de tercer nivel, o sea, las que interconectan las veredas y permiten llegar a las carreteras intermunicipales.

El sector rural, adicionalmente, contará con modelos alternativos de mejoramientos de vivienda y se tienen proyectos para permitir el acceso de los habitantes del campo a los servicios públicos básicos. En materia de competitividad se adoptarán modelos tecnológicos para aumentar la productividad de aquellas líneas y sectores que han sido priorizados.

Igualmente, la inversión social tendrá impactos positivos entre los campesinos de mayor edad, el respeto por el derecho de los niños, niñas y adolescentes, el incentivo a los jóvenes para que se involucren en los procesos productivos y el respaldo a los proyectos de las mujeres rurales.